...allí estaba yo, como todas esas noche de show! Llegando a los gritos saludando a todo el mundo y viendo si todo estaba en orden y las cosas hechas a mi gusto.
Los bailarines en los camarines se ponían lindos y más allá los cantantes ensayando las canciones del día y peleando con algunas desafinadas notas que van y vienen buscando encajar en algún pentagrama y sonar agradable a los oídos de quienes tenemos que hacer el esfuerzo por aplaudirlos.
Qué mal que canta esa chica por Dios! Si no fuera por su impronta y carisma tal vez no estaría aqui. Es gauchita, comedida, tiene cierto halo de...bueno, de algo, vaya uno a saber que pedo se me cruzó aquel día para contratarla. Pero por suerte de pronto alguien le quita el micrófono y fué como que se había abierto el cielo!
Un enviado de Dios dije por dentro, un angel cayendo?...Un cantante de verdad! Oh por Dios, y tan lindo, tan blanquito, y tan tiernito. Era ni más ni menos que el barman del local que para sorpresa de todos guardaba sus cantos y sus encantos y cansado de escuchar a la gorda que cantaba mal tomó las riendas y dijo: SI CANTA ÉSA, PORQUÉ YO NO?...
Y vaya sorpresa! Terminó siendo parte del show y ardiendo las conchas de algunas tantas fanáticas pelotudas de esas que siempre aparecen y que se conforman con cualquier pelotudo que les haga chiflar un poco la cajeta!
El pibe le ponía onda, tenía belleza y cierto carisma. Suficiente para calentar viejas mal cojidas y para despertar pasiones y fantasías en algunas desaforadas mujeres que afortunadamente nos acompañaban en algunas ocasiones.

Definitivamente estaba naciendo una estrella...