Alguna "Marica Perversa" maldijo aquella noche, porque no recuerdo otra con tantos infortunios juntos.

Hay un dicho que un colega mío siempre repite que dice: Maldición de puto, se multiplica por 100!!!
No hay peor cosa supongo yo que un puto malo resentido, envidioso y mal parido.
Me he cruzado con varios en esta vida y los detecto con solo leerles su primer sonrisa y escucharles sus tan significativos bocadillos hablando de superficialidades e idioteces varias.
Ese es el preciso momento en que me hago la re divina, pego media vuelta, una revoleada de ojos y trato de alejarme lo antes posible para no caer en la incontroblable, irresistible y suprema tentación de acogotar un homosexual. Con perdón del INADI y otros menesteres! (Menesteres dije?...no sé si queda bien en esta parte, pero se ve linda esa palabrita. Suena interesante.)
Digo todo ésto porque supongo que algun sujeto por el estilo aquél viernes puso todos sus talentos a disposición del universo para cagarme aquella bendita y tan esperada noche!
Como siempre, la previa en casa, poniéndome linda frente a mi espejo, con mi música o mi silencio, con mi luz y esperándo el taxista que por ser viernes hoy también se demoró más de lo habitual.
Hoy me puse mi super vestido de gala verde. Un verde que no me favorece mucho porque para mi gusto es bastante "iridiscente"...pero si que és llamativo y bello y morirán de envidia cuando aparezca.
El cabaret en donde trabajo no amerita tanta gala. Casi siempre voy acorde al lugar con algún que otro vestidito que esté bastante por encima de mi rodilla. Pero hoy tengo ganas de ir con un super vestido largo y elegí éste porque además tiene una larga cola de 3 metros que arrastraré cual princesa subiendo o bajando las escaleras durante toda la noche!
El taxi ya está en la puerta, debo atravesar el largo pasillo y contenta porque el viento hace volar mis gasas y mi cola se arraaaaaaaaaastraaaaaaaaaaaa, aaaaaaaaahhh! que topetitud!!!
Los viernes me pinta el buen humor, la buena onda, púm para arriba y a esperar lo mejor de la noche. Tanto así que hoy estoy dispuesta a sonreirle al taxista cuando me guiñe un ojo a través del espejito retrovisor y tal vez le saque la duda de lo que soy.(Siempre dudan si lo que sube es un travesti o vaya a saber que cosa!)
El señor es muy serio, ni siquiera se percata de mis encantos, ni de mi super vestido con cola, ni me hace ojitos, ni me pregunta si soy trava o puto o qué!
Me encojo de hombros, guardo mis maletas y subo al auto cerrando con fuerza aquella puerta!
No me la hagas giratoria, me dice el hombre de muy mal ondón!
Ay, disculpe Don!...Es que fué sin querer! (Tratando de que me perdone regalándole una sonrisa.)

El auto se puso en marcha rumbo al cabaret pero al rato sucedió lo inesperado!
Mi larga y bella cola del vestido había quedado afuera del auto apretada por la puerta y por esas manías del viento al volarse se enredó en la rueda y cual Isadora Duncan por poco no muero saliendo despedida del auto! (Hubiera sido una exageración!) Lo que sí puedo decirles que a la media cuadra de casa yo gritaba desconsoladamente por la cola de mi vestido quedándome practicamente desnuda adentro del taxi.
Mi vestiditoooo!!!...y el triste momento de reconocer los vestigios de tanta gala hecha trapos anudados en la rueda. Traté de taparme el resto del cuerpo con lo que quedaba de mi vestido y convencí al taxista que volviera a casa para cambiarme.
Algo me decía que este viernes no venía muy bién parido.
De nuevo a pensar que ponerme. Recurrí a mi vestidito animal print, unos guantes negros y con un cambio radical de estilo volví a subir al auto tratando de olvidar lo sucedido y disimular mi repentino cambio de humor!
La rutina. Pago el viaje. Saludo al "Patovica de pelotero" que siempre me ayuda a bajar mis maletas. Mi besito al viento para el oficial que ya está firme en la garita de la esquina.
La música está a full, y pareciera que hoy la noche viene más que movida.
Bajo a los camarines y en el sector de los baños las putitas corren apuradas porque los clientes llegaron más temprano de lo acostumbrado. Más allá están las bailarinas, aceitándose sus cuerpos y desparramando purpurinas entre bombachas, medias de red y portaligas! Nadie se percata de mi presencia porque el ritmo que trae la noche parece vertiginoso y todos están ocupados en los detalles que harán que el show esta noche salga espectacular. Yo aun pensaba en como podría recuperar aquellas partes de mi vestido verde y en lo desilusionada que estaba de no haber podido impactarlos a todos con mi llegada. Pero igual estoy linda y espectacular como siempre y solo me falta ponerle un poco más de actitud y olvidarme de lo sucedido. Tanto pensaba en aquello del vestido que por un momento me olvidé de que Vicente mi asistente aún no había llegado. Nunca llega tarde, y si algo le sucede siempre manda un mensajito de texto. Muy raro.
Ultimo detalles de mis salidas con la coordinadora y subo al primer piso a saludar al encargado que hoy está más tarado que nunca, el bar tender que tan dulce como siempre me recibe con un trago de esos que inventa con nombres raros y que dudo tanto en tomar porque generalmente tienen más grados de alcohol de lo recomendado por mi médico! Je je! Pero hoy lo tomo igual porque lo bautizó "Diva" y en mi honor! A su salud! Chin chin!
Las mozas estrenan uniforme y me sorprende que una de ellas se anime a mostrar tanto las tetas hoy!...Supongo que se espera una importante presencia de empresarios adinerados que dejan por supuesto unas buenas propinas, y si por sobre la bandeja asoman dos pares de tetas sabrosas, en buena hora se acredita en la cuenta la recompensa!
Sorprendida por la hora y por la cantidad de gente, camino por los pasillos dejando como siempre al pasar, esas sensaciones que solo un hombre confundido y exitado puede experimentar.
Mi objetivo es la cabina del DJ, el bomboncito más lindo de cada noche que en cualquier momento me voy a culiar.
Se me viene haciendo el gato hace tanto tiempo, tentándome y provocándome de mil y unas maneras. Se va a arrepentir! Se lo advertí, y se hace el sonso!
Allí estab él, con su remera negra, su gorrita de siempre, esos ojos turquesas llenos de brillos y la boca llena de dientes! Todo blanquito, todo flaquito y tan carismático e hiperquinético! Piquito al bombón, una "bragueteadita" que la esquiva, pero que le encanta, las recomendaciones de siempre y la puesta a punto de mis temas que usaré esa noche. Todo estaba listo para una gran función! Y Vicente que no llegaba...
Pasando un buen rato, hasta el segundo piso estaba lleno de gente, varias despedidas de solteros, grupos de empresarios y la presencia de un boxeador famoso que acaba de ganar un título mundial y que vino a derrochar su dinero en compañia de todo su séquito.
En la planta baja el escenario ardía, los hombres agolpados a las tarimas disrutaban de los encantos y de los talentos de las bailarinas. Por la escalera lateral veía subir y bajar todo el tiempo a las putitas muy bien acompañadas. El tercer piso se movía más que nunca! Para los que no lo saben, el tercer piso es algo así como el cielo, pero con gustito a infierno! Nunca subí, ni lo volvería a hacer! Ejem...!
Previa a mi salida una rubia infernal que había sido traída de Buenos Aires se desnudaba por completo y se llenaba el cuerpo de espuma de afeitar y se masturbaba al ritmo de una música muy bien elegida para tan culturoso momento. La parte en donde se sacaba 10 metros de perlas de la vagina no se las cuento porque me da mucha impresión.
Lo que me preocupaba no era la cantidad de perlas que seguiría sacando de allí adentro, sino de toda la espuma de jabón que estaba dejando en todo el escenario donde yo seguidamente bailaría. Fué justo en ese momento que apareció mi asistente. Histérico, nervioso y pidiendo de rodillas disculpas por su demora y por no poder avisar. No le pedí detalles de su demora, sí le pedí que se encargara de verificar que alguien limpiara muy bien el escenario antes de mi salida porque estaba muy resbaloso.
En camarines todo era un caos, mucha gente, mucha concha para mi gusto. Mucho desorden y puterío. Pero debía cambiarme rápido y salir al show. Vicente volvió para darme los útimos retoques y asegurarme que todo estaba listo.
Me coloco apoyada en el marco de una puerta corrediza que dá a la salida del escenario y justo cuando el locutor estaba presentándome Vicente mi asistente cierra la puerta apretando unos de mis dedos. No hubo tiempo para las disculpas, ni para disfrutar llorando de tan tremendo dolor, ni para fijarse que tan grave había sido la quebadura. Las luces se encendieron y allú fuí con el dolor de mi dedo roto, con la suerte de enganchar apenas asomé al escenario mi peluca en una chapita que sobresalia en el "bajo" techo de aquel lugar.
El dedo casi quebrado, mi salida triunfal y la peluca colgando á dos metros detrás de mi cuerpo y para completar el cuadro, al escenario no lo habían limpiado correctamente y fué en aquel jabón de la espuma de la bailarina donde pisé y caí dándome la frente contra el caño donde pensaba demostrar mis habilidades!... Por suerte siempre hay un piso que nos detiene o cuatro o seis caballeros que caen conmigo evitando que yo siga rompiéndome mi cuerpo. No solo dí mi cabeza contra el caño sino que al levantarme pisé mi capa negra y volví a caer, ésta vez, un metro hacia abajo encima de mi querido público.
Solo fueron unos pocos segundos y yo era depositada al son de una rica salsa y continué haciendo mi playback mientras recuperaba mi peluca y acomodaba un poco mi vestido que en ese momento lo tenía puesto casi que de sombrero. Nunca fuí tan aplaudida y ovacionada como esa noche! El monólogo se basó en lo que había ocurrido y convencidos de que todo había sido parte del show muchos se asombraban de lo bién que me había salido.
Con mis últimos recursos disimulé el dolor de mis deditos y semejante verguenza. Me despedí por un instante para recuperar un poco de todo lo que creí había perdido. Sobre todo mi orgullo y dignidad.
Regresé a mi camarín pidiendo auxilio porque mi dedito dolía muuchooo. En mi frente nacía un huevo y mi cintura parecía quebrada en 5 partes. Socorrida por mi asistente no dejé de recordarle que por haber llegado tarde y con tanta histeria se olvidó de avisarme que sacara mi mano cuando el debía cerrar la puerta. No me gusta culpar a nadie pero en ese momento lo hice con mucho gusto!
Vicente buscaba las palabras más bonitas para calmarme y para pedirme perdón y yo solo esperaba desmayarme para que lo unico bueno que me pasara fuera que el DJ viniera y me hiciera respiración boca a boca y una buena "resucitación".
Nada de eso sucedió, la noche continuó como si nada y yo traté de sobrellevarla mientras asociaba la seguidilla de acontecimientos sacando como conclusión que defiitivamente alguien me había hecho un maleficio. Mi cabeza iba y venia y se mezclaban nombres de personas posibles a las cuales les adjudicaba este terrible viernes de cabaret.
Les contaría tantas otras cosas que sucedieron después, pero por el momento no vienen al caso.
Lo que sé es que al terminar la noche regresé a casa para bañarme en aguan bendita, atarme una cintita roja en la muñeca y prenderle una velita violeta a mi santito de cabecera.

Con lo que quedó del vestido de gala verde me hice una linda solerita, la uña del dedo después de estar unos cuantos días negra se me cayó por completo, el chichón de la cabeza se me fué por suerte a los dos días pero las cicatrises de mi orgullo quedarán por siempre en mi cabeza esperando por una dulce venganza o una simple limpieza!
Todo lo que vá...vuelve
Y maldición de puto...se multiplica por 100!
(Historias de Cabaret - con LA TIA)
Autor: Martin A. Bellier

Hoy como de costumbre me levanté apoyando el pié derecho.
Martes 13 no es, no pasé por debajo de ninguna escalera y aquel gatito negro de la vez pasada nunca más volvió a cruzarse en mi camino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario