Todo este tema del Bicentenario nos predispuso a organizar las más variadas actividades.
Un fin de semana “demasiado largo” para mi gusto al que -al menos yo- no le dí demasiada importancia, pero convengamos que si hubiese tenido la suerte de tomarme unas mini vacaciones aunque sea en “Cululú” hubiera estado genial.
Pero me tocó quedarme en Santa Fe encerrada con este tiempo de mierda. Frío y lleno de nubes que prometen una intensa llovizna. Entonces mucho por hacer y sobre todo en esta ciudad no hay. Me levanté como todos los días a las 2 de la tarde, desayuné y esperé escuchar la voz del canillita del barrio para comprar el diario y enterarme de las noticias, porque no tengo tele y leerlas por Internet no me gusta. (cosas de diva, vio?)
Un fin de semana “demasiado largo” para mi gusto al que -al menos yo- no le dí demasiada importancia, pero convengamos que si hubiese tenido la suerte de tomarme unas mini vacaciones aunque sea en “Cululú” hubiera estado genial.
Pero me tocó quedarme en Santa Fe encerrada con este tiempo de mierda. Frío y lleno de nubes que prometen una intensa llovizna. Entonces mucho por hacer y sobre todo en esta ciudad no hay. Me levanté como todos los días a las 2 de la tarde, desayuné y esperé escuchar la voz del canillita del barrio para comprar el diario y enterarme de las noticias, porque no tengo tele y leerlas por Internet no me gusta. (cosas de diva, vio?)
Me tomé un parate, y me puse a ojear el diario y en la parte de espectáculos leo que hoy el Ballet Martín Fierro actuaba en la explanada del Teatro Municipal. Cuando yo era “gauchito” bailaba folklore y conocí en Cosquín a su director el Ariel Sosa y nos pusimos de novios, al tiempo me hizo un casting (sábana!!!) y logré bailar un año como uno de sus destacados bailarines. Así que emocionada tomé la decisión de ir a verlos tan brillantes como siempre y cumpliendo con la obligación de participar un poco de esta patriada argentina.
Como era un evento al aire libre me fui casi en alpargatas y esquivando toda posibilidad de darme una ducha. No haría falta con tanto aire y en un lugar abierto. ¿Quién podría darse cuenta de que no me había bañado, de la barba y que me faltaba un poco de maquillaje? Me puse mi calza amarilla con lunares fucsias, transformé una pezonera de lentejuelas en escarapela, mi camperita a rayas negras y rojas, me até el pelo con un can-can roto, tomé mis gafas y me caminé esas dos cuadras que separan al teatro de mi casa.
Me resultó curioso que hubiera tanta gente haciendo cola para algo que tenía que suceder supuestamente al aire libre. Pero me puse en la cola sintiéndome bastante observada por las viejas naftalineadas que ya estaban firmes desde temprano y otras que se unían detrás de mi. Por suerte me tocó estar debajo de un árbol alto allí en la vereda de la plaza y por un momento creí que empezaba a llover hasta que me dí cuenta que no eran gotas de agua sino caca de las palomas que sincronizadamente se dedicaban a defecarnos la noche!...Disimuladamente me corrí para que las dos damas apestosas que estaban atrás mío ocuparan mi lugar y fueran cagadas con igual esmero por las diarreicas aves. Jo jo jo!!!
Cuando creí que a las 7 y media ya estaría viendo las acrobacias de mi ex gauchito bailando al ritmo de las chacareras alguien por ahí informaba que la cola era para entrar a la sala mayor del teatro. Yo llegué entonces en ese momento a la conclusión que por el estado del tiempo y la amenaza de lluvia mi bailarín -como corresponde- se luciría en el lugar donde se lucen los grandes!
El tiempo pasaba y las puertas nunca se abrían pero qué sorpresa más grata fue la de todos cuando salieron de pronto del bar del teatro unos lindos mozos repartiendo chocolate caliente y pastelitos de membrillo! Viva la paaatriaaa carajo!!! Me tomé 3 chocolates y me comí seis pastelitos. Tenían el sabor que tiene todo lo que es gratis!
Finalmente se abrieron las puertas y antes que diera el primer paso se largó un chaparrón de aquellos que con mis mejores palabras maldije sin importarme las señoras pitucas que estaban al lado mío.
Todos corrían tratando de entrar y como si fuera un pogo en el recital de los Redonditos entré casi sin darme cuenta así como espléndida al hall del teatro. Manotié un programita y seguí la multitud. Justamente seguí detrás de esa gente que se sienta en primera fila en la parte de abajo del escenario, pero no sé cual fue la razón por la cuál un señor vestido de negro me orientó hacia el 5to. piso del teatro, con el pueblo! Donde está la plebe! Ay por Dioooooooooos! Pero acaso nadie informó que yo fui ex novia del Director del Ballet Martín Fierro??? O alguien se dio cuenta de que no me había bañado? Jumm!!!!
Y allá subí, llegué con la mitad de la lengua afuera, pero logré ubicarme exactamente en el centro del balcón y bien delante de todo! Si hubiera sabido cargaba mi larga vista, pero nadie me avisó.
La noche seguía sorprendiéndome porque en el programa no figuraba a la fecha el ballet, y en el escenario estaban dispuestas un montón de sillas muy bien organizadas que supongo tenían mucho que ver con el programa que estaba impreso contando los “hits” que dicha bandita tocaría en esta patriótica noche.
Abajo esperaban la llegada del intendente y la del gobernador que nunca se percató de mi saludo cuando lo descubrí en el montón. Engreído! Ya vendrá a buscar mi voto! Jum!
De pronto la locutora dio unos anuncios y efectivamente de bailes folklóricos ni hablar. La sinfónica de la provincia y la sinfónica de niños de Santa Fe nos ofrecerían una divertida y amena noche a puro…a puro…cuarteto? Tango? Cumbia?...Ufff!
Mientras DPOP me mantenía al tanto por mensajes de texto de todo lo espectacular que estaba sucediendo en la re inauguración del Teatro Colón en Bs. As. yo rogaba que mi depresión a esta altura no se agudizara y me diera en éste momento un ataque de bipolaridad y muriera al son de Tchaicovsky.
Por cuestiones de obvia formalidad el primer hitazo fue el himno nacional. Tuve que pararme y ser taladrada en los tímpanos por la inigualable voz de señor que nunca embocó una puta nota acorde a tan prestigiosa ejecución musical. Oíd mortales el grito sagrado…!!! Si, sí, exactamente, el grito del señor, que tuve ganas de matarlo de una patada en los huevos. Nos arruinó el momento a todos los que estábamos allí arriba en el 5to piso. Carajo!
Enseguida la Orquesta Provincial de Niños ejecutó una linda musiquita de algún tal ruso que me es imposible recordar en este momento el apellido y se despidieron con una versión remixada del Humahuaqueño! Los progenitores de los niños ovacionaban y un mar de babas salpicaba toda la sala. Lindos los niños, congratulations!
Se fueron los chicos y se armó la joda ahora con los grandes y la Sinfónica Provincial hizo su aparición con la Cristina Garrefa a la cabeza. Cristina es la mamá de Marcelina una amiga con la que hice dos giras Latinoamérica y una por Europa bailando tango (ya les contaré esa historia), pero ahora estoy distanciada de ella y toda su familia. Familia de eximios flautistas si los hay, los mejores de Santa Fe! Salvando el detalle de verlos allí a mis amigos, me puse a contar cuántos pelados integraban la formación, cuantos violines, cuantos violones y cuántos violados! Je…Más los flautistas, y la señora gorda del arpa, y el gordito que tocaba una cosa parecida a él, redonda y que hacía un ruido tremendo. En fin, algunos instrumentos no les sé el nombre, pero estaban todos y no faltaba ninguno. Me daba mucha gracia el flaquito que tocaba el triángulo. Se la pasó rascándose las bolas casi todos los temas y ejecutaba dos tocaditas y era su gloria! Juaaaa! Pobrecito, me dio ternura. ( Le pagan al cristiano ése por eso?)
Y aparece el director. Un gordito pelado con cara de pajarito bien vestidito y limpito con un coso de esos que se parecen a un saco de pingüino. Con las dos colitas atrás que me excitaban cada vez que el señor se movía con ímpetu! Batuta en mano se dispuso ponerle todo el ondón a la noche.
Temazo de Ginastera que por poco no salgo a hacer un solo de malambo en el medio del escenario, y luego se sumó un apuesto varón, pelado también pero muy cojible, muy culpable, con un bandoneón y la sala se llenó de tango con creaciones del maestro Piazzolla. Lo que en un principio había sido una frustración y que me iba a aburrir mucho empezaba a entretenerme.
Sin querer ya estábamos casi en la hora y media de show cuando las notas del Boludo de Ravel, digo, Bolero, llenaban la sala con sensaciones mágicas y la energía cambiaba con la suma de los instrumentos y el in crescendo del tempo musical. Justo en la parte del solo de flauta donde se estaba luciendo la gorda Cristina Garrefa al hijo de una señora detrás de mí se le ocurrió empezar a llorar como un condenado. Medio teatro miró hacia donde yo estaba, levanté las manos, miré para todos lados y señalé a la señora que rápido escapaba buscando la salida más cercana. Esa señora debe haber aprendido que los niños no se traen a eventos como éste, en todo caso, muertos, o adentro de una panza.
El Bolero de Ravel ya estaba en su orgasmo final, me imaginaba a Jorgito Donn bailando desnudo alrededor de mi cama con “Los unos y los otros”, y no dejaba de prestarle atención al flaquito que antes había tocado el triangulito porque ahora esperaba ansioso que hiciera explotar esos dos platillos que tenía en sus manos. Y fue en el final! Sólo en el final! Orgulloso le dio la mano a su compañero de al lado y yo seguía preguntándome si el sueldo de éste muchacho todavía siguen teniéndolo en cuenta. ( ya mismo me estoy sumando a tocar Toc Toc en la Sinfónica!)
Y listo! Eso fue todo! Canalicé mi fervor patrio con una velada sorpresa jamás imaginada y cumplí en sumarme a este BICENTEGARCHA. Ahora solo me queda matar esta noche frente a la compu y mañana disfrutar del rico Locro que compraré a la vuelta de casa. Mucha patita de chancho, mucho chorizo colorado y muuuucho poroto!Y celebraré el cumpleaños de la patria con “pedos” y “platillos”!!!
VIVA LA PATRIA CARAJO!
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